domingo, julio 25, 2021

Calor y patriotas

 Ya he bajado las maletas del altillo

La casa de Santa Pola estará hecha un desastre. Me tocará limpiar una semana para ponerla en marcha.

Los niños ya no quieren playa con mamá y papá. No son tan niños.

Me da una pereza enorme pensar en qué ropa meter.

Horror vacui y otros horrores

Los chicos del PP han organizado unas jornadas y las han llamado “Concordia, Constitución y Patriotismo”. Me meo. Estos patriotas dicen que les mola que el tal Rutte vigile a España desde Holanda (creo que hoy se dice Países Bajos) y luego le llaman hijo de puta. Qué elegantes, qué pereza. Y las maletas ahí están. Joder, qué calor.

Unas jornadas llenas de intelectuales. Otro tipo de estos de la vieja guardia dijo que nada de Guerra Civil, que menos mal, que el Gobierno de la República tuvo la culpa de todo. Jijijiji. Hizo bien en decirlo, con dos cojones.

Y estos dos habían sido ministros. La cosa es que crece el nivel del intelecto de los pensadores del PP, así todos reunidos en torno a Casado (y a tu mesa, Señor, que así son los hijos de la Iglesia) que asistía complacido a las enormidades que a cada uno le daba por soltar por su boquita. Casado moderando tanta materia gris, y  yo aquí que me da no sé qué no meter en la maleta alguna ropita de abrigo. Ya sé que hace mucho calor, pero luego por las noches, después del 15, refresca.  El final del verano tiene lo que tiene.

Todo esto va a ser lo de la Ley para la Memoria Democrática que acaba de aprobar el Gobierno, que los tiene como enfermos de la parte de los higadillos. ¿Qué les pasará por la cabeza?

Cuarenta años soportando la vergüenza de las cruces junto a la iglesia de cada pueblo enumerando a cada uno de los muertos de aquel bando y ensalzando su valor; y cuarenta más sorteando la verdad, la justicia y la reparación, por no sé qué cojones de ‘reconciliación’ que pretenden que creamos que supuso la transición, tolerando la reivindicación del golpe de Estado y la exaltación de los golpistas en pleno siglo XXI. Cuarenta años de persecución política, de represalias, de exilios, de injusticias, de mentiras, de terror; y cuarenta más jugando a la ‘gallinita ciega’ y haciendo como que todo está perdonado y reparado por el mero hecho de que los rojos ya podemos decir que lo somos sin miedo a la Brigada Social. ¿Qué les pasará por la cabeza? ¿De verdad pensarán que la legalización de los partidos políticos compensa de tanta crueldad, de tanta humillación, de tanto miedo, de tanta mierda?

Tengo que quitar tanta gilipollez de las putas maletas. ¿Para qué coño quiere la niña que le lleve un vestidito si va a estar en bañador todas las vacaciones? Se acabaron los vestiditos y los pantaloncitos con raya. Camisetas y chanclas para todo el mundo. Pero eso creo que lo compro en Santa Pola y lo tiro cuando nos volvamos allí mismo. Tanta maleta, tanto zapato y tanta leche…

¡Se acabó! Niños, al coche. Cada uno su libro (no os pase como a estos del PP) y andando. ¡Si pudiera conseguir que se dejaran el móvil cargando en su habitación…! Pero los desconectaría del mundo, tampoco hace falta volverse cruel.

Y estos lumbreras que sigan reinventándose la Historia. Por lo del relato y eso. Que sigan añorando su pasado de tinieblas, pero ya callados. Porque ahora, reivindicar la barbarie va a estar prohibido, vitorear al genocida, va a estar prohibido y la sagrada libertad de expresión, esa que cercenaron para nosotros y ahora reivindican para sí, va a estar limitada a la poca vergüenza, a la mentira, a la apología del terror.

Se seguirán juntando en aquelarres de bochorno, claro, pero ya con las puertas cerradas. Que no les oigan los niños confundir los crímenes de guerra con la salvación de la patria, que son muy sensibles.

Y tú, al coche, sin vestidito y sin tablet. Te sobra con el WhatsApp.

(El primer domingo de agosto de 2016 escribí la primera entrada de este invento que, por ende, en este domingo cierra cinco años. El 22 de Agosto, mi hermana Maripepa accedió a hacer la primera ilustración genial y lo ha seguido haciendo sin fallar ni una -o casi-, aunque debo reconocer que a veces me las envía el domingo de madrugada y me hace sufrir mucho. No sé bien cuándo, decidí enviarlas a las nueve de la mañana de cada domingo, cometiendo la insolencia de convertirme en parte del desayuno de algunos amigos. ¡Gracias por aguantar!)

El dibujo es de mi hermana Maripepa.

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