domingo, agosto 27, 2017

Supremacismo oftalmológico.

A veces pasa en Barcelona, otras veces en Charlottesville, en Kabul otras. Otras pasa en el propio salón de tu casa. El asunto es que siempre hay uno que se cree que es mejor que otro y, en algunas ocasiones, uno de los dos piensa que el otro no tiene derecho a la vida. Si consigues juntarte con varios y mezclas algún dios en tu razonamiento, ya tienes con quién y por qué matar.

Puede tener que ver con el color de la piel. Un amigo mío, de Madrid, ingeniero, alto y blanco (lo que así junto parecen atributos de un título nobiliario) me contó hace tiempo que había comprendido el racismo cuando sus padres, al terminar la ingeniería, le mandaron a hacer el correspondiente máster a la Escuela de Negocios de Chicago y descubrió que los nativos del lugar eran más blancos que él. Y lo sabían. De repente se había convertido en un vulgar latino. Supongo que se esforzaría en hacer comprender a sus compañeros de clase que él era en realidad europeo, aunque del sur. Que los latinos eran otros, que a él no había que odiarle tanto.

IMG-20170827-WA0000También puede tener que ver con la religión de tus padres. Digo la de tus padres porque las religiones no se eligen; más bien te tocan. A mí me tocó católico, de la confesión madrileña, que se debe parecer bastante poco a la de México DF que, a su vez, debe distar lo suyo de la de Charlottesville. Me borré al adquirir el uso de razón. Pero ahí quedan secuelas de la educación recibida, de eso que se han dado en llamar “los valores” en los que fui criado y de los que, en realidad, no llegué a renegar.

La cosa es que por un motivo o por otro, resulta sencillo encontrar razones para odiarse. Y las encontramos inmediatamente en el momento en el que advertimos alguna diferencia con cualquier otro, ya sea esta étnica, social, cultural… cualquiera vale.

Al colmo de la perversión se llega cuando aquellos a los que se escucha, los generadores de opinión, los dirigentes, las personas que influyen, pierden la cabeza y, lejos de invitar a la concordia, lanzan a la sociedad sus mensajes de odio por unos u otros medios. Un cura fascista en Madrid desde un púlpito, un presidente imbécil en EEUU desde Twitter, un imán enloquecido desde una mezquita, una periodista enferma de su propio fanatismo desde la columna de su medio.
Si además, como así sucede, no les pasa nada, el odio se convierte en la forma de estar en el mundo de pueblos enteros. De civilizaciones.

Yo, que soy un señor de gafas de toda la vida, he encontrado mi motivo. Sé que es confuso, porque hay mucho hipócrita andando por ahí con lentillas. Pero encontré mi diferencia. ¡Sea usted un señor con gafas! ¡Señora: no olvide sus lentes! ¡A las ópticas! Los demás, ellos, ellas, los que no llevan gafas, son especímenes menores de la raza humana, ínfimos seres carentes de dignidad. Pequeñeces de la naturaleza con las que el gran dios Rompetechos se ceba en su Gran Venganza.

Lleve usted gafas.

¡Y a por ellos!
El supremacista es obra de mi hermana Maripepa.

domingo, agosto 20, 2017

No tenim por.



(El texto en castellano está a continuación)

Avui el català és la llengua de tots, perquè és la llengua en què ploren els pobles que han perdut a 14 dels seus ciutadans.

És igual si eren o no d’allí. Un ha de tenir el dret a sentir-se d'allà on mor. O al fet que el sentin d'allà on l’han matat.

20170819_231225
Tenien fam de morts. Disset anys i tanta fam de morts que, quan se'ls va desbaratar la seva arma del terror a la casa d'Alcanar, es van tirar al carrer a saciar-com bèsties encegades per la ira. Ira de Déu. Quines coses! Quanta collonada li cap al cap a un tan curta edat! Quanta maldat a qui li convenç que onze o dotze mil verges l'esperen al paradís!

Es van tirar Rambla avall per assassinar. Rambla avall, morts. Es van tirar al carrer pel passeig marítim per apunyalar. Morts al passeig. Morts barats, morts low cost. Morts per un déu que necessita sang per engreixar. Morts d'una forma de matar inevitable.

La mesquinesa d'alguns (El Mundo, Arcadi Espada) els ha convidat a destil·lar tot l'odi que tenien guardat. La professionalitat d'altres (El País, José María Irujo) els ha donat ocasió per posar de manifest el mèrit dels diferenets serveis d'intel·ligència de l'Estat que, a les ordres d'un partit polític o un altre, han sabut contenir i evitar fins ara el que era tan difícil d' evitar (o inevitable). Els més vils aprofiten aquest crim per sembrar la intolerància insultant Catalunya o l'Islam. Els altres, tots els altres, ens adonem de quant ens estimem, de quant ens necessitem, de quant ens assemblem, encara que siguem tan diferents. I vam plorar en català.

Estàvem molt a prop. Ja han vingut a buscar-nos.

I no tenim por.

Texto en castellano.

Hoy el catalán es la lengua de todos, porque es la lengua en la que lloran los pueblos que han perdido a 14 de sus ciudadanos.

Da igual si nacieron o no allí. Uno debe tener el derecho a sentirse de allá dónde muere. O a que lo sientan de allá dónde le han matado.

Tenían hambre de muertos. Diecisiete años y tanta hambre de muertos que, cuando se les desbarató su arma del terror en la casa de Alcanar, se tiraron a la calle a saciarla como bestias cegadas por la ira. Ira de Dios. ¡Qué cosas! ¡Cuánta gilipollez le cabe en la cabeza a uno de tan corta edad! ¡Cuánta maldad a quien le convence de que once o doce mil vírgenes le esperan en el paraíso!

Se tiraron Rambla abajo para asesinar. Rambla abajo, muertos. Se echaron a la calle por el paseo marítimo para acuchillar. Muertos en el paseo. Muertos baratos, muertos low cost. Muertos para un dios que necesita sangre para engordarse. Muertos de una forma de matar inevitable.

La ruindad de algunos (El Mundo, Arcadi Espada) les ha invitado a destilar todo el odio que tenían guardado. La profesionalidad de otros (El País, José María Irujo) les ha dado ocasión para poner de manifiesto el mérito de los diferentes servicios de inteligencia del Estado que, a las órdenes de un partido político u otro, han sabido contener y evitar hasta ahora lo que era tan difícil de evitar (o inevitable). Los más viles aprovechan este crimen para sembrar la intolerancia insultando a Cataluña o al Islam. Los otros, todos los demás, nos damos cuenta de cuánto nos queremos, de cuánto nos necesitamos, de cuánto nos parecemos, aunque seamos tan distintos. Y lloramos en catalán.

Estábamos muy cerca. Ya han venido a por nosotros.

Y no tenemos miedo.

En el momento de cerrar esta entrada, leo con estupefacción los siguientes tuits:
“Malditos seáis, islamistas hijos de... Ya os echamos de aquí una vez y volveremos a hacerlo. España será occidental, libre y democrática.”
(Creo que en los puntos suspensivos viene la palabra "puta".) Es Isabel San Sebastián llamando a la guerra santa.
“Quizá habría que pedir ahora cuentas a los políticos que potenciaron la emigración a Cataluña de no hispanohablantes”
Este es de Alfonso Rojo. Y no sé bien a qué llama. Debe estar haciendo uso de su libertad de expresión.

El de Hermann Tertsch me da vergüenza reproducirlo aquí.

Tres verdaderos demócratas salvando la patria. Me cago en ellos.
El dibujo es de mi hermana Maripepa.

domingo, agosto 13, 2017

Un tonto es un tonto.

Un tonto es un tonto, financie a Podemos o no lo financie. Y el que defiende o sostiene las posiciones de un tonto es difícilmente listo. O no es listo. O es otro tonto.

IMG_0733
Chávez y Maduro, charlando de sus cosas.
Maduro es un tonto. Luego le pasan más cosas, ahora lo vemos. Pero es sobre todo y antes que nada, un tonto.

(Me contaron que aquello del pajarito, esto que lo definió como un tonto delante de la humanidad toda, es una superstición ancestral venezolana por la que todo el que se muere se convierte en pájaro y que, por eso, cuando Maduro contó lo del pajarito que era Chávez y que le silbaba, no lo echaron a gorrazos del lugar, sino que todos lo entendieron, lo creyeron y lo aplaudieron. Pero sigue siendo un tonto.)

Esto no le quita un ápice de grosería a la derecha venezolana. Ni un ápice. La derecha burguesa de los países latinoamericanos es una derecha sin ningún tipo de escrúpulos, entregada a intereses económicos nada confesables y, seguramente, vendida a socios que tampoco se pueden confesar. En esto igual tiene razón el líder “empoderado” de IU, Alberto Garzón, aunque el resto de su discurso pro gubernamental caraqueño lo descalifique a mi juicio.

Maduro se ha desvelado como un dictadorzuelo bananero sin recursos intelectuales, ni de carisma, ni personales, ni de ninguna otra índole. Sin capacidad de liderazgo, sin soluciones a la crisis económica y del petróleo que vive la región, sin discurso, sin posición política, sin ninguna idea en la cabeza distinta de aquellas que pretende le sujeten en el poder: una asamblea constituyente al margen del Parlamento, una Fiscalía a su medida, un poder electoral controlado por el Gobierno, son tres buenos ejemplos de entre muchos. Un verdadero tonto. Y defender la dictadura en la que ha devenido su gobierno, con sus muertos, sus medidas antidemocráticas, su discurso hueco contra el imperialismo yankee, es una memez. Es una gilipollez, por temprano que se levanten.

Esto podría acabar aquí: Un tonto que jodió un pueblo.

Sin embargo, el PP ha convertido Venezuela en un asunto de interés nacional.

En esta dialéctica, de un lado y para algún sector del pensamiento político en España defender a Maduro es apostar por la “izquierda verdadera”, como si ese bobo representara a izquierda alguna, y atacarlo es alinearse con los intereses espurios de aquella derecha ultra liberal y malévola. Del otro lado, cada vez que con frecuencia machacona el Telediario de la 1 nos narra el detalle de todos los males de Venezuela parece señalar a Podemos (¿a toda la izquierda?) con el dedo acusador. De paso, distrae la atención sobre la pésima gestión del asunto catalán o la corrupción insoportable del propio partido. Ahí debe estar la génesis de la sobreinformación que soportamos acerca del particular.

Nada que defender de la oposición venezolana. Me pasa con toda la derecha latinoamericana, con la exclusión de Santos, que ha logrado la paz en Colombia mediante un complejo proceso de negociación política con las FARC. Nada que defender, decía, de la oposición venezolana, aunque sea injustificable el encarcelamiento arbitrario y sin proceso de sus líderes, como es injustificable, igualmente indefendible, la caricatura en la que Maduro, seguramente para no tener que volver a conducir un autobús, ha convertido su mandato.

Apenas hace unas semanas me sobrecogía al leer que ya no cabe el diálogo, que la única solución radica en el ejército. Hoy ladeo la cabeza y encojo los hombros. A lo mejor va y es verdad. Y el PP le seguirá sacando ventaja política a la situación, siendo, como es, que le sale totalmente gratis.

Qué aburrimiento de caudillos a uno y otro lado (de la escena política, del Atlántico, del pensamiento). Y qué difícil futuro se granjea la humanidad, que solo parece poder conformarse con ellos.

El dibujo es de mi hermana Maripepa.

domingo, agosto 06, 2017

Posado veraniego.

Esta mañana Mariano ha elegido un polito con la bandera de España en el cuello. Es muy veraniego y la bandera no recuerda al conflicto de Cataluña, sino que hace más bien de motivo náutico. Calzón azul marino, sobrio, para completar el atuendo.

Hoy es el día. Se tiene que hacer el encontradizo con los medios, que le esperan en una curva del camino. Se acerca a ellos desenfadado, con ese andar pulidín que nos trae y ese movimiento de brazos que parece que fueran de otro. Como Mariano no tiene abdominales que lucir, ni esquía en la intimidad, tiene que aprovechar un recodo del camino para dejarse sorprender e improvisar unas declaraciones que ha ensayado delante del espejo apenas unos minutos.
IMG_0732

Porque Mariano ya tiene muchas tablas con los periodistas. Y los de aquí son como de casa, no le pondrán en ningún compromiso. Es verano. Bastará con unas pinceladas sobre la recuperación económica y la caída del paro y un repasito rápido a Puigdemont.

Le ha pedido a su amigo José Benito que salga aseado a este paseo matutino, que hoy va a salir en todas las televisiones estatales. Todos los amigos de Mariano tienen un carguito, este es el presidente de la Autoridad Portuaria de Marín y Ría de Pontevedra. Un sueldo muy aseado y un presupuesto pingüe para gastar, comisiones aparte. Pero José Benito sabe que la novia es Mariano, así que se ha puesto más discreto para no eclipsarlo. Y en las fotos mira como para otro lado, así como quien no quiere que le pregunten a él. Y no le preguntan.
¡Es todo tan naif! Y queda tan natural.

El mes de agosto se presta a estas gilipolleces. Hace calor, la peña está con sus vacaciones. Nadie quiere leer noticas de pateras naufragando. Las casas reales y presidenciales preparan posados en los que destacar el lado humano de nuestros líderes. Ese lado humano en el que el presidente puede salir sudando como un cerdo, porque su asesora de imagen le ha dicho que no hay problema, que España necesita conocer sus imperfecciones, más allá de esa pasión incontrolable por el dinero B.

Los reyes ya posaron en Marivent. Estos, como todos tienen sueldo (la reina, él, la princesa de Asturias, que ahorra todo lo que no se gasta en chuches…) posan en familia. Toda la familia es patrimonio del común de los españoles y por ello celebramos esta unidad que trasladan, esta vida en unión, en comunidad, que nos hacen llegar. Diría que se cruzaron miradas cómplices si esto no se fuera a prestar a dobles interpretaciones, que la cosa está como está con los compiyoguis. A la reina, además de rebanarle y rellenarle todas las imperfecciones de su rostro e impurezas de la piel, le han quitado también el Smartphone y le han puesto un móvil de prepago sin datos, de los de antes, para que no envíe mensajitos, que se le daba fatal. Y luce espléndida. Las niñas, arreglás pero informales, están guapísimas tan sencillas. Miran a su padre con arrobo, es el Rey.

La mujer de Rajoy debe andar en zapatillas de estar por casa. Y el chico por ahí en chándal. No posan. No se visten más que para la cena y no todas las noches, que a veces se hacen un sándwich y se lo comen de dos bocados viendo Sálvame Naranja. Ella no tiene sueldo, así que no se siente obligada y no se expone más que lo imprescindible a la cosa mediática. Esa discreción hará que llegue lejos.

Ya es verano. Ya estamos todos en familia disfrutando de las tan merecidas jornadas de asueto. España descansa por unos días del ajetreo de la vida política. Nuestros prohombres adoran la vida en familia. Mariano suda, Felipe Rey no. Pero hoy no importa. Es el lado más humano de quienes rigen los destinos patrios. Y nos gustan así.

Bueno, a mí no. Yo, que soy un clásico, disfrutaba más de los posados veraniegos de Ana Obregón. Por… todo.
El dibujo es de mi hermana Maripepa.