domingo, octubre 16, 2016

Canapés.

Me sorprendo ahora reconociendo el populismo como una forma más del pensamiento y la práctica política. Populismo versus transversalidad, que tampoco sé bien del todo lo que quiere decir. Y me invade un cansancio infinito. ¿Abandonar el populismo? ¿No hacerlo? ¿Abrazar la transversalidad? ¿Tampoco?
Pablo Iglesias prefiere estar con la gente de la calle y no comiendo canapés el día 12 de
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"Gente de la calle" y militar de alta graduación, con fajín, en modo gala.
octubre. Eso es populismo. (Fernández Díaz no dice eso, pero prefiero ni comentarlo, porque me da vergüenza ajena.)
¡Cielos! –pensé- ¿Seré yo uno de la calle y tendré que pasar con Pablo Iglesias el día de la fiesta nacional? ¿Con lo cansadísimo que es? Lo cierto es que casi me lo plantearía después del espectáculo de la cabra de la Legión disfrazada de Millán Astray en el desfile, desafiando a la inteligencia, o el romance de los “hernandos” bajo el paraguas desafiando igualmente a la inteligencia.
Pero volvamos al populismo: ¿se estarán refiriendo a mí todos estos hablanchines que declaman la expresión “gente de la calle” con el pecho tan henchido como aquellos otros que hablan de la infinitud de los valores patrios?
¿Seré yo, para mi desventura, su patria? ¿La patria de alguien?
Qué fácil les resulta hablar en mi nombre, compadecerse de mí, afirmar con ese tono enorme que su destino en lo universal es luchar por mi felicidad. Qué fácil, incluso, adueñarse en público de lo que pienso y quiero… Hablan de mí como de un todo compacto junto con los de mi clase, de cuyas penurias conocen y cuya suerte se empeñan en querer compartir ¡Nosotros, la gente de la calle! Gritan.
¡Qué antiguos! Creo que prefiero la transversalidad, sea lo que sea, a esta suerte de peronismo 2.0 que veo practicar a unos y a otros tras el advenimiento de la nueva política.
Yo, todo un descamisado, ¿qué tengo que hacer? ¿Me rindo a sus pies salvadores y me voy también yo a tomar canapés con la gente de la calle? ¿Paso de canapés? ¿Paso de patria? ¿Preparo e ingiero canapés de patria? ¡Qué casposo todo!
Me importa un huevo lo que piensen de la patria Pablo Iglesias, Almudena Martínez, Diego Álvarez y Fernández Díaz, en la misma forma en que estoy seguro de que a usted le importa un huevo lo que pienso yo de ella.
¿A vueltas de nuevo con la cosa de la patria? ¿Cada octubre?
¡Hagamos laborable el día de la patria! O ¡de precepto! Y, entre tanto, camarero, otra de chopitos. (De canapés ni hablemos).
Tal como el avieso lector ya habrá advertido, el dibujo es de mi hermana Maripepa.

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