domingo, abril 11, 2021

La tasa Covid

 Sé que no sucede con mucha frecuencia pero el mundo, de cuando en cuando, nos sorprende con alguna propuesta que nos deja ojipláticos ante el ordenador al repasar la prensa del día.

Cuando la realidad económica parece centrada en la subida de la electricidad y los carburantes, ajena a la lentitud de la recuperación económica y, por ende, al sufrimiento de la ciudadanía (a los grandes operadores de la energía les importa un huevo que las familias se sigan quitando el hambre a hostias mientras el Gobierno les ingresa o no lo que les corresponde del ERTE en el que están metidos), aparece un atisbo de racionalidad de la mano del Fondo Monetario Internacional (FMI) que se atreve a decir en alto lo que, en realidad, todos tenemos en mente desde la aparición de la covid-19 y de la pandemia económica que lleva implícita.

¿Por qué no pagan la factura los que se están forrando a su costa?

Parece una simpleza; la reflexión de cualquier iletrado y, sin embargo, también el FMI ha caído en la cuenta: que los más ricos ayuden a pagar la factura de la crisis y, especialmente, aquellos que se han enriquecido como consecuencia de ella, las farmacéuticas, las empresas altamente digitalizadas.

No es la conclusión a la que ha llegado una colla de comunistas irredentos que buscan destruir el sistema a base de terminar con el capitalismo, que es de lo que comúnmente acusamos a todo aquel que mira hacia los poderosos con intención de que repartan un poquito más. Es la recomendación del último informe “Monitor Fiscal” del FMI que no son, precisamente, un peligroso grupo de revoltosos.

El dato es que el Fondo Monetario aboga por que “para ayudar a satisfacer las necesidades de financiación relacionadas con la pandemia, los responsables de formular las políticas podrían considerar una contribución temporal de recuperación de la Covid-19, que grave los ingresos más altos y la riqueza”. ¿Cómo se queda?

Indican que la fórmula no puede ser homogénea y que mientras “en las economías emergentes y de bajos ingresos, la prioridad será mejorar la administración fiscal y recaudar más impuestos al consumo”, “en las economías avanzadas observamos una erosión de los ingresos del impuesto de sociedades y también vemos una erosión en la recaudación de la renta de las personas en la parte más alta de la escala de riqueza”.

El resumen, una tasa temporal que grave los ingresos más altos y la riqueza, a modo de la que ya se impuso en Alemania para ayudar a la reunificación del país tras la caída del Muro de Berlín o a las que ya se ensayaron en Australia o Japón en la segunda década de este siglo (2011y 2013 respectivamente).

La fórmula es tan simple que seguramente, en casa, a la hora de comer, ya se ha formulado una y otra vez: ¿es posible que la industria farmacéutica, cuyos beneficios a costa de la pandemia no creo que se puedan calcular, no esté colaborando en paliar las consecuencias de esto que la enriquece hasta ese punto? ¿Puede ser que las tecnológicas, con un repunte en las bolsas no conocido hasta hoy, sean ajenas al esfuerzo de la recuperación? ¿Podemos permitir que la gran banca siga haciendo oídos sordos al clamor de la sociedad por un reparto más justo del sufrimiento?

Segundo: Hambre cero

El FMI ve en peligro la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible marcados por la ONU en la Agenda 2030: Fin de la pobreza, Hambre cero, Salud y bienestar, Educación de Calidad, Igualdad de género, Agua limpia y saneamiento, Energía asequible y no contaminante, Trabajo decente y crecimiento económico, Industria, innovación e infraestructura, Reducción de las desigualdades, Ciudades y comunidades sostenibles, Producción y consumo responsables, Acción por el clima, Vida submarina, Vida de ecosistemas terrestres, Paz, justicia e instituciones sólidas, Alianzas para lograr los objetivos.

El FMI, decía, ve en peligro los ODS. Los enumero para reafirmar su contundencia. Los diecisiete. Yo he bajado quince peldaños esta primavera y estoy pensando solo en los dos primeros: Fin de la pobreza, Hambre cero. ¿A quién ofende que esto lo paguemos entre todos? ¿A quién ofende que alguien pueda estar pensando en que los que tienen tanto más que los demás paguen una factura más alta?

La propuesta apenas ha tenido acogida mediática. Vicente Vallés estaba tan ocupado en lucir su luto por la (no exactamente temprana) desaparición del duque de Edimburgo, que olvidó que las más altas instancias económicas del mundo están pensando, al fin en alto, en un reparto más justo de la riqueza planetaria. Los telediarios prefirieron abrir con la transcendental noticia de la muerte de un príncipe británico del que no se conoce más aportación a la humanidad que haber sido el educado consorte de una reina.

Esto de la tasa Covid… ¿será cosa de comunistas?

El dibujo es de mi hermana Maripepa

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