domingo, febrero 05, 2017

Desindexar (o una nueva ocasión para defraudarnos).

El riesgo era alto.
La subida del IPC acariciaba el 3%.
Cabía la absurda posibilidad de que trabajadores y pensionistas obtuvieran un trato justo, por una vez en la historia, al verse compensados del crecimiento inusitado de los precios sobre todo de los carburantes y de la electricidad (que, por cierto, soportamos trabajadores y pensionistas), con un incremento proporcional de salarios y pensiones, como así consagran convenios, leyes de presupuestos y sentido común.
Mas no.
¿Una subida salarial del 3%?
No, no. No.
Todo era un espejismo. Un error no querido de los poderes económicos, un despiste. Buscaron una solución. Y la encontraron. Y le buscaron un nombre. Y también lo encontraron: uno lo suficientemente lucido como para que no se note a grandes rasgos lo que coño significa.
El eufemismo esta vez es “desindexación”. (Adviértase que ya tenemos eufemismos para casi todo). Desindexar, para esta acepción, es desunir lo que estaba unido. Por ejemplo Trump y la estulticia, Rajoy y la corrupción, Iglesias y Errejón, inmigración y vallas muy altas. Salarios e IPC.
Si se desindeimg_0580xan algunas cosas pierden su esencia y desaparecen. ¿Puede alguien imaginar un Donald Trump asomando un atisbo de inteligencia o de educación? ¿Un Podemos sin Iglesias y Errejón en lo más alto? ¿Un Rajoy devolviendo el dinero que recibió en negro de manos de los tesoreros del partido? ¿Una frontera por donde las personas simplemente transiten? Desaparecerían.
Pues ahora imaginaremos que se hace realidad esta vieja aspiración de la patronal y que los empresarios no se verán compelidos a subir los salarios de acuerdo con el índice de precios al consumo. Ambos conceptos, salario y precios del consumo, se han desindexado. Brillante. Ahora es el debilitado derecho a un salario digno lo que viene a desaparecer.
Nuestro Gobierno no pierde ninguna oportunidad para defraudarnos. No iba a ser esta menos. No lo va a ser.
En este jovencísimo febrero ya nos ha defraudado reaccionando con tibieza insultante a la decisión ejecutiva de construir un muro entre México y EEUU (igual porque nuestros muros además tienen cuchillos). Y nos vuelve a defraudar en la siguiente oportunidad, ahora inventando la “desindexación” cuando paliar la subida tremenda de determinados productos de primerísima necesidad hubiera sido posible mediante una subida proporcional de salarios y pensiones. Ni siquiera esto tan aparentemente fácil, justo, va a ser posible. Ni en esto nos dejarán de defraudar.
No sueñe usted con salir de este agujero. No le van a dejar.
De otro modo la inflación hubiera producido efectos devastadores… Para ellos.
El dibujo es de mi hermana Maripepa.

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