domingo, mayo 28, 2017

Matar.

Un chico de 18 conduce a toda velocidad por las calles del pueblo con una chica al lado. Un anciano le increpa desde la acera por no respetar el paso de cebra por el que se disponía a cruzar. El chico detiene el vehículo, se baja, lo encara, le pega una hostia y lo mata. Después huye.
Un par de días antes, otro muchacho de 22 se probaba un traje de bombas con el que inmolarse en un concierto rodeado de adolescentes. Le sentaba bien. Se lo puso. Y también mató a unos pocos. 22 muertos. Casi sesenta heridos.
Este lo hizo por Dios, porque creía en uno que se pone muy contento cuando matas infieles.
El otro fue por sí mismo, porque cree estar en el derecho de golpear a un anciano que le regaña.
¿Qué coño nos pasa?
El uno ya está muerto. El traje de bombas se lo llevó al cielo de los que se inmolan en nombre de su Dios.
El otro está encerrado. Alguien se tomó la molestia de anotar la matrícula del coche que conducía.
IMG_0708Y, en realidad, los dos están muertos.
No hay cielo para los que mueren matando, ni para los que matan sin morir hay encierro que no se parezca demasiado al infierno. Solo hay muerte.
Solo hay la muerte del intelecto humano, que ya agoniza. Es parecida a la muerte cerebral del individuo, pero colectiva. Es cuando el encefalograma plano afecta a los pueblos en lugar de a las personas.
El ISIS reivindica la muerte del chico que se vistió de bombas y proclama su entrada premiun en el cielo de los que matan por su Dios. La familia del otro muchacho dice que al anciano debió darle un infarto o algo, porque el crío en realidad es todo corazón, incapaz de algo semejante a eso.
Muerte del intelecto humano.
Hay quien piensa que se puede matar. Por derecho propio o divino. Que se puede matar.
Y ¿saben qué? Que no se puede. En serio, no se puede.
Comparta esta entrada quince millones de veces y verá como mañana muere otra mujer a manos de su expareja. Compártala veinte millones y verá como otro muchacho se inmola entre una muchedumbre. No la comparta y verá como otro conductor borracho asesina a otro ciclista.
La humanidad no ha comprendido todavía que no se puede matar.
Incluso delante de la misma muerte uno puede escribir:
Donald y Melania
Algo no está funcionando.
El dibujo del joven con la cabeza hueca es de mi hermana Maripepa.

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