domingo, septiembre 24, 2017

Primavera catalana.

¿Cómo de mal se pueden llegar a hacer las cosas?

Ciertamente, unas elecciones celebradas hoy darían la mayoría absoluta a Mariano Rajoy. Y darían la mayoría absoluta a Carles Puigdemont. Así que a lo mejor las cosas no solo no se están haciendo mal, sino que se están haciendo muy bien si atendemos solo a los intereses pequeños, partidistas, ruines, egoístas, de los dos jefes de las filas enfrentadas.

Rajoy iba ganando puntos en su inactividad absoluta ya habitual (¡enorme!). Tanto que parecía una estrategia elaboradísima y de tanta inteligencia que ninguno alcanzábamos a comprender. Mas no. Lo que realmente sucede es que Rajoy solo gana puntos cuando se está quieto, porque cuando decide echar a andar, manda dos cruceros llenos de guardias civiles al puerto de Barcelona… Y no era eso.


Puigdemont, el Govern, y la Asamblea Nacional Catalana y  la CUP y ERC… Estos hacen cosas. No han engañado a nadie con su estrategia. Era votar el 1 O y, con toda probabilidad lo harán. Escondiendo papeletas, sacándose urnas de debajo de las piedras, sorteando a los jueces, inventándose a los miembros de las mesas electorales, robando el censo. Votarán. Aquello no conducirá a nada,  porque no tiene garantía ninguna, porque es ilegal, porque, al serlo, los que no quieren la independencia no se va a acercar a los colegios electorales. Pero los demás votarán y, como en 2014, rozarán los dos millones de sufragios.

20170924_014342.jpgEs imposible parar a 300.000 personas incendiadas con el horizonte de la libertad como fin último de su lucha. Y a 30.000 también. No se sabe a qué libertad se refieren, ni por qué falta de libertad luchan, pero se ha incendiado su intelecto con la idea y las ideas no se pueden frenar. No se apagan.

Los que no creemos en la independencia de Cataluña nos hemos convertido de hecho en españolistas acérrimos, ultraderechistas infames, coartadores insolentes de la libertad de un pueblo que clama. Porque ya no hay grises en este juego de grises (digo de color, no de aquellos guardias que, en efecto, ya no hay). Catalanista versus españolista. No hay nada más. Si lo piensan bien, ya ni siquiera hay la intención de votar libremente una u otra opción. Solo hay que votar para lograr la independencia, porque en la cabeza de los organizadores no cabe el no como solución del referéndum ilegal. Solo cabe el sí.

Hablar de política en este contexto es como naíf. Yo me imagino a Rajoy, como a Franco (estos gallegos…), aconsejando a sus ministros que no se metan en política, que esto es muy serio.

Y llegamos así a la verdadera “primavera catalana”. Veremos a un “casteller” pequeñito con su barretina talla XXS detener al tanque imperialista que pilota un guardia con bigote, algo barrigón, con órdenes de no detenerse ante nada. Veremos a los Mossos tan de perfil que casi no los veremos, escucharemos las soflamas libertarias de un señor tan de derechas como Puigdemont , bramando contra el autoritarismo del Estado Español, a otro tan de derechas como el jefe de Esquerra Republicana de Catalunya, bramando contra las ilegalidades de Montoro... ¡Cosas!

Dos millones de catalanes, que no son ni mucho menos pocos catalanes, irán a las urnas a cagarse en el Estado Español con razón (porque al que no estaba motivado ya se ha encargado Rajoy de motivarlo). Puigdemot ganará con mayoría absoluta las próximas elecciones. Y Mariano Rajoy también.
El dibujo es de mi hermana Maripepa.

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