domingo, octubre 22, 2017

Fuego



Mientras salta a los medios de comunicación convencionales (esto debe ser demasiado complejo para Twitter) la noticia de que María Dolores de Cospedal, la ministra de Defensa, esconde 11.000 millones del presupuesto de su departamento en partidas ocultas o camufladas en 2017, Galicia ha ardido por los cuatro costados y no ha habido, por lo que se ve, dinero suficiente para prevenirlo… Ni para sofocarlo. ¿Cuánto dinero debe ser 11.000 millones de euros?

No voy a ponerme a hacer ahora esa clase de demagogia que tanto apetece, clamando por reducir el gasto en Defensa para defender de verdad a los españoles, por ejemplo, del fuego, o sea, de las cosas que realmente nos amenazan, pero les aseguro que ganas no me faltan.

IMG_4298.JPGMaldito fuego. Malditos incendiarios. Malditas administraciones ineficientes que no lo saben o no lo quieren saber gestionar: malditos sean los que han permitido (¿ocasionado?) tal descoordinación al organizar los escasísimos recursos materiales y humanos que se han puesto a disposición de la catástrofe. Malditos especuladores de la pasta de celulosa que infectan los bosques de eucalipto (árbol pirófago que nutre ampliamente los bolsillos de algunos desalmados) y malditos quienes lo favorecen (esos que han ampliado las concesiones que se lucran de su madera). Malditos ineptos que no se dan cuenta de que hace calor, con lo evidente que es, de que el viento es fuerte, que también se nota, de que la humedad no alcanza el 30%. Malditos inconscientes que no se dan cuenta de que el riesgo es altísimo, aunque sea octubre, y no prevén las consecuencias de lo que eso significa.

¿Saben? En terreno quemado se puede construir (si ya estaba planificado) pero no se puede pastorear… Aten cabos. Ya arden los extramuros de las ciudades, no solo los bosques recónditos que quedaron despoblados. Un incendio monstruoso no produce un ápice de caída del PIB.

Y muertos. Innumerables familias que lo han perdido todo bajo las llamas. Y pasividad. Y más familias viendo arder lo que tenían. Y paisajes desolados. Hectáreas por miles devastadas.
Por favor, hagamos cuentas. ¿Cuánto nos hemos gastado en Galicia externalizando los medios de extinción (a 6.000 euros la hora de helicóptero privado) y cuánto nos hemos dejado de gastar en prevención?

¿Saben que, finalmente, con la abultadísima cantidad de dinero destinada a privatizar los medios de extinción, el fuego lo ha apagado la lluvia? En serio, aten cabos.

A lo mejor está llegado el momento de hablar en serio de las cosas que son serias, porque son amenazas reales a la vida de las personas reales. Creo que ha llegado el momento de darle una vuelta a los presupuestos de las administraciones públicas y ver en qué se gasta realmente el dinero que no se han llevado los corruptos. Rescatar las autopistas ha costado lo suficiente como para tener los montes gallegos como una patena, en serio. Rescatar a la banca da ya para otras dos o tres comunidades autónomas. Las indemnizaciones de algunos banqueros darían para pingues sueldos a brigadistas.

Y no digo yo que no sea necesario sostener el sistema financiero a costa de los contribuyentes en esa esperpéntica operación de rescate a la que conocimos con engaño de préstamo ventajosísimo, que a lo mejor lo es. Lo que digo es que prevenir el fuego también es necesario, aunque no afecte al IBEX 35. Y nadie parece saberlo.

Dos notas al pie:

Una: al momento de cerrar esta página, arde también Cataluña. El fuego se aviva y este no lo sofocará la lluvia.

La otra: Juan Ignacio Zoido sigue siendo ministro del Interior.
El dibujo es de mi hermana Maripepa

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