domingo, enero 12, 2020

Ora pro nobis

Días antes de la investidura del candidato Pedro Sánchez Pérez-Castejón (PSOE) como presidente del Gobierno de España, la Conferencia Episcopal Española ya invitaba a la grey a estar alerta, en realidad muy alerta, ante la posible formación de un Gobierno conjunto con Unidas Podemos.
Agradecimos, los ateos convencidos, que el lugar de al Espíritu Santo, invocara el cardenal Blázquez al espíritu de la transición (este con minúscula) que, como cosa más mundana, debió parecer, a su vez, a su eminencia más próxima a la feligresía.
Simultáneamente, otro cardenal, el de Valencia, pedía encarecidamente y de rodillas que se orase por España. Indefinidamente: desde hoy, decía, hasta que se aclarase el futuro incierto que por aquellos días vivíamos en España. Y no solo en las iglesias: en las misas, en los conventos…
No se desgastaron mucho las rodillas purpuradas de Cañizares porque a pocos días el futuro se había clarificado, Sánchez era presidente del Gobierno e Iglesias (Pablo, no confundir) se anunciaba como vicepresidente.
En un lenguaje tan críptico como del que suelen hacer gala los príncipes de la Iglesia, se ignora si el concepto ‘aclarar el futuro’ se refiere al propio acto de la investidura o a la desaparición física (v. gr. sacrificio en la hoguera) de los sujetos que generan tan brutal incertidumbre. Desconocemos por tanto si las oraciones podrían seguir siendo efectivas, al continuar los confundidores en el mundo de los vivos o si, despejadas las dudas y siendo a que aquellas se resolvieron para mal, es decir, ‘aclarado el futuro’, habrían sus eminencias de tomar medidas más enérgicas contra este futuro Gobierno “presidido por la maldad” (Jaime Mayor Oreja dixit).
A este lance y por si la sola oración no fuera suficiente o pillara a Dios en otros menesteres, se encara el obispo de Castelló (un tal López) y organiza con urgencia un itinerario formativo para hacer frente a las políticas del nuevo Gobierno de coalición (ya sabe, este del Mal). Con el título  ‘Antropología cristiana y cuestiones de bioética’, nada menos, se dispone a adoctrinar a los cristianos contra la ‘ideología de género’ y la eutanasia, entro otras disciplinas de alto contenido ‘moral’.
20200112_010505En suma, la jerarquía eclesiástica Española se ha unido de hecho y de derecho con la derecha-ultraderecha del país. Ahora deberíamos citar juntos a PP, C’s, Vox y CEE (por sus siglas, la Conferencia Episcopal Española) que, sin representación parlamentaria directa, pero con el oráculo de iglesias (templos, ya sabe, no Pablo) y conventos, apoya, defiende y participa en la lucha contra el Gobierno legítimo de todos los Españoles y sus políticas. Y esto no desde cualquier atril, sino desde uno que le hemos construido entre todos y que, en gran medida, le ayudamos a pagar con nuestra declaración de la renta.
¿Un poco de asco? ¿Risa?
¿Risa? Pues verá la que le entra cuando se entere de que para casarse le van a proponer un cursillo de 2 a 3 años (¡2 a 3 AÑOS! Un poco más largo que el noviazgo miso).
Este ha sido el obispo de Bilbao en su sagrada misión como presidente de la subcomisión episcopal para la Familia y Defensa de la Vida de la CEE, y tiene por objeto preservar la duración del matrimonio que, según sus cuentas, se viene desvaneciendo con demasiada prontitud.
¿Cómo? Previniendo contra ¡la masturbación!, contra ¡las relaciones prematrimoniales! (‘guardar lo más íntimo de tu cuerpo para donarlo a quien entregarás todo tu ser’ [sic]), contra ¡la pornografía!, y alentando caricias y cucamonas que juzga, sin embargo, muy convenientes. (En el texto original se aconsejaba al varón ayudar un poco en casa el día que quisiera tener relaciones sexuales con su esposa, ello por la conveniencia de que le pillara descansada y se entregara más fervientemente al lío, pero esta recomendación –esencia a todas luces de un buen polvo– ha desaparecido de la versión definitiva).
¿Cómo se queda?
Sin embargo algo se mueve: Sesión de investidura (contra los cuatro reyes según Cayetana Álvarez de Toledo etcétera etcétara) con debates en domingo; audiencia entre el presidente y el rey para el despacho del Consejo de Ministros, hoy domingo… Las fiestas se han dejado de santificar. No tardaremos en tener de fe de ello, algún obispo debe estar ya rezando por el particular.
La Iglesia española nunca fue sospechosa de apoyar a las izquierdas, salvo contadas y loables excepciones, pero en estos últimos meses se ha echado definitivamente al monte. Cuando se mete donde no le llaman da como asco. Y cuando se pone en lo suyo da algo más que risa.
Y seguimos pagando.
La definitiva denuncia del Concordato (Acuerdos entre el Estado español y la Santa Sede de 1979) se hace imprescindible. Dios lo haga (y Sánchez).
El dibujo es de mi hermana Maripepa.

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