domingo, mayo 03, 2020

Sepulturero

El señor Abascal, en sede parlamentaria, se permitió el lujo de llamar sepulturero al presidente del Gobierno de España.
20200502_170433Otra señora de su formación, una que luce bozal verde caqui tocado de banderita tu eres roja, banderita tú eres gualda, dijo que se durante la pandemia había utilizado la eutanasia, porque no había podido aprobar la ley que la regula. Tal cual. El lanzador de huesos de aceituna del PP hizo una rima, que le encantan, pero no me acuerdo del literal y no me apetece buscarlo. Pablo Casado le llamó ridículo (al presidente). Y el que fuera abogado del Estado, hoy en la filas de Ciudadanos por un quítame allá esa rebelión o sedición (después el Supremo le quitaría la razón), dijo que el plan no era serio. Dijo más: Dijo que el plan no era serio y que hacía falta un plan, pero serio. Más no dijo: ignoramos que entiende el ex abogado del Estado por un plan serio. Torra ya había dicho que España mata, pero ese hombre siempre dice cosas enormes.
El caso es que el plan de desconfinamiento del Gobierno a todo el mundo le parece un desastre. Sosiega pensar que les hubiera parecido el mismo desastre fuera cual fuese y que, fuera cual fuese, el presidente del Gobierno habría sido un sepulturero para el señor Abascal, un ridículo para Pablo Casado, un ‘eutanasiador’ para la señora esa del bozal, un tío poco serio para el ex abogado del Estado y algo que rimara con cinco para el lanzador de huesos de aceituna del PP, que le gustan los ripios al pobre.
No profundizo más en el detalle de las posiciones porque no me las sé mejor. Y no me las sé mejor porque estoy hasta los cojones de oír bramar a los bramadores profesionales en el Congreso de los Diputados, cuya idea más ingeniosa hasta la fecha ha sido exigir que se declarara el luto nacional y se pusieran las banderas a media asta en respetuosa señal de duelo. Propuestas, lo que se dice propuestas de lucha contra la pandemia, no. De eso no saben, no contestan.
Bueno… veamos: Saber sí saben, por lo que se ve. Pero no contestan. Y si lo que contestan es “que a un niño le den una pizza no creo que sea un problema” (Isabel  Díaz Ayuso dixit), casi mejor que sigan sin hacerlo.
El plan de desescalada es complicado, claro. Como la situación lo es: es que hay una pandemia puta madre en España (y en todo el mundo, no lo olvidemos) y eso complica un poco las cosas en general. Buscar soluciones fáciles a problemas complejos es, simplemente, una gilipollez y si, además, hay que hacer que rimen para que le gusten al de los huesos de aceituna, pues una todavía más grande.
Cuatro fases a aplicarse en los territorios tras acreditar que se cumplen en cada uno las medidas que indican que el riesgo va bajando. Cuatro fases que promedian el riesgo, la libertad individual y el relanzamiento de la economía que son, sin lugar a dudas, los tres grandes factores a ponderar. Piénsese que un repunte del número de contagios en este momento tan crítico supondría un desastre de considerables proporciones, tanto para la economía, importante, como para la capacidad de absorción del sistema sanitario, muy debilitado ya por el estrés al que ha sido sometido hasta ahora.
Desconfinamiento gradual para relajar la falta de libertad de movimientos, con horarios determinados por edades y tipos de actividad para minimizar el riesgo de contagio. ¿Alguna objeción?
Apertura gradual de los establecimientos para ir lanzando la economía, con aforos limitados por tipo de comercio y fase para evitar las aglomeraciones que puedan dar lugar a riesgo potencial y con medidas para evitarlo. ¿Objeciones?
Autorización para viajar a segundas residencias limitada inicialmente a la provincia, para evitar el contagio innecesario de la infección entre territorios. ¿Problemas?
Y la provincia como unidad de gestión del plan. Bueno, pues tampoco. Mejor el área sanitaria… mejor la comarca, mejor el barrio, mejor el bloque, ¿la escalera? Me pregunto qué hubieran pensado los ciudadanos de Tomelloso, un poner (área sanitaria de La Mancha-Centro), si lo más lejos que les hubieran dejado llegar fuera a Alcázar de San Juan (ciudad esta de bellísimos enclaves), sin poder alcanzar la capital administrativa de la provincia (Ciudad Real), cuando el desconfinamiento hubiera llegado a la fase en la que se permiten los desplazamientos a cortas distancias.
Es, a mi juicio, un buen plan que (¡claro!) habrá que ir afinando a medida que se concreten las actuaciones y se avance en su desarrollo. Y esto ¿crea confusión? ¡Pues claro! Pero es que a nuestra derecha se la lleva con mucha facilidad a la duda, coño. Me encantaría haber conocido el plan Abascal para este lío… Me encantaría. Pero solo verlo sobre el papel: No me quiero imaginar lo que hubiera sido ver cómo lo aplica.
El Gobierno de España, nos caiga mejor o peor el presidente, está haciendo un esfuerzo de comunicación jamás visto antes, ha demostrado tener capacidad para reconocer y rectificar cuando se equivoca (pásmense ¡se equivoca!), no ha sugerido que nadie se inyecte lejía, ni pretendido que un contagio masivo inmunizaría a la población, ha liberado todas las partidas económicas que han sido necesarias para proveer al sistema sanitario de aquello que ha podido adquirir rebuscando en todos los mercados mundiales, ha evitado que camiones llenos de cadáveres se desangren aparcados frente a las morgues como ha pasado en Nueva York y, a la vez, está soportando estoicamente las diatribas (y los bulos y las mentiras en las redes y en sede parlamentaria de las que el mismo Casado se ha hecho incondicional) de una oposición indigna de un país avanzado, infinitamente más preocupada por sacar ventaja de los muertos que por evitarlos.
A lo mejor tenemos que aplaudir a rabiar a la ministra de Trabajo (Yolanda Díaz, UP), cuyo departamento junto a los servicios de empleo de las comunidades autónomas,  está haciendo un verdadero milagro administrativo (si esto existiera) tramitando a toda velocidad los casi 500.000 expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) que afectan a más de tres millones y medio de trabajadores, intentando por todos los medios llegar a tiempo al pago de las prestaciones. Pero solo la pondremos a parir por los que no consigan pagarlos en fecha, porque la otra realidad no nos importa.
Y una última apreciación: Esté pendiente según avanzan los días y si no le agobia ya tanta información, de las cifras que van apareciendo en países que nuestra oposición ha puesto como ejemplo de gestión brillante, no sea que al final, la que ha hecho nuestro Gobierno (con todos los errores que se han cometido) no haya sido la peor del mundo.
Porque esto no ha terminado aún.
El dibujo es de mi hermana Maripepa

No hay comentarios: