domingo, enero 15, 2017

Contrastado: Gilipollas.

El presidente del Gobierno de España ofreció una rueda de prensa triunfal, allá por el mes de junio de 2012, anunciando con júbilo la concesión por parte de la UE de “un préstamo a la banca en condiciones muy ventajosas”. Se trataba de paliar los desmanes que tipos de la catadura moral de Rodrigo Rato, Miguel Blesa y algún otro, habían producido en las entidades que regentaban, merced a las pútridas prácticas de administración desleal de las que hicieron uso apropiándose del dinero de todos. Y Rajoy lo llamó así: Préstamo a la banca en condiciones muy ventajosas.

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Españoles asistiendo al desfalco de la hucha de las pensiones.

¿Por qué? ¿Porque el presidente del Gobierno de España piensa que todos los españoles somos gilipollas? No. Porque el presidente del Gobierno de España sabe que todos los españoles somos gilipollas. Y no le pareció oportuno contar simplemente la verdad, por si reconocer un puto rescate a la banca le costaba alguna credibilidad en el interior del país (en el exterior, expertos, estudiosos e iniciados se debieron descojonar de risa con el anuncio).
El todopoderoso ministro económico, Luis de Guindos, aseguró en sede parlamentaria que los españoles no tendríamos que pagar ni un solo euro para la devolución de este ventajosísimo préstamo.
¿Por qué? ¿Porque el señor ministro cree que los españoles…? No, no. Porque el señor ministro también lo sabe.
Unos 60.000 millones de euros, 122.000 millones si sumamos a los anteriores el capital avalado (que en el Sistema Europeo de Contabilidad –SEC– se aplica como deuda pública) es lo que al final de 2015 llevábamos pagado los españoles por este préstamo tan ventajoso que, aún a estas alturas, incomoda denominar rescate, como se empecina en hacer algún rojo malintencionado.
Números gruesos: La “hucha de las pensiones” había ahorrado en el tiempo de Zapatero 67.000 millones, máximo histórico del fondo de reserva. Durante el gobierno de Rajoy se han sacado, aproximadamente, 51.000. Hagamos cuentas: Si no hubiésemos tenido que atender a las obligaciones derivadas de tan ventajoso préstamo, el futuro de nuestras pensiones estaría garantizado. Rajoy se está gastando en rescatar bancos expoliados por sus amiguetes el dinero que Zapatero le dejó ahorrado para la tranquilidad de la ciudadanía.
Llegados a este punto cabe preguntarse si tal rescate era realmente necesario. No sé decirlo. Es posible que un gobierno responsable no deba dejar caer el sistema financiero del país. Y es posible que aplicar esta medida haya sido la solución a lo que parece hubiera sido un desastre nacional. Pero ¿merecemos los españoles (por sentado que haya quedado lo gilipollas que somos) que el Gobierno nos mienta? A lo mejor tenemos que pagar obligatoriamente los platos rotos de nuestros corruptos (que ya molesta), pero ¿tenemos, encima, que poner la cama?
Tampoco sé determinar cuánto pretende ingresar la ministra de Sanidad con la “revisión del copago farmacéutico” (logrado eufemismo que encierra su intención de que los jubilados paguen más por sus medicamentos), pero les aseguro que no alcanzará al 1% de aquellos 60.000 millones del rescate.
Al poner juntas todas estas cifras, quedan de manifiesto al menos dos grandes verdades:
La primera es que, efectivamente, los españoles somos gilipollas y el Gobierno de España lo sabe.
La segunda, consecuencia de la primera: el Gobierno de España puede hacer lo que le dé la gana, a los españoles nos parecerá bien. Además puede mentirnos a sabiendas: a los españoles se nos olvidará lo que dijeron primero y nos creeremos lo que digan después. Además puede seguir protegiendo a sus próceres, escondiendo los números, maquillando el fraude ominoso del que estamos siendo objeto entre autopistas, rescates, copagos, recortes, accidentes aéreos con decenas de cadáveres: los españoles les vamos a seguir votando.
¿Por qué?
Sí. Eso pienso yo también.
El dibujo es de mi hermana Maripepa.

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