domingo, julio 30, 2017

El "trumpismo" o la aplastante lógica de aquel sentido común.




Donald Trump ya demostró en campaña que era algo muy parecido a un animal irracional (una bestia parda, un oso) y a pesar de todo salió del embate como presidente de los Estados Unidos de América. Notable.

Esto nos da una pista de la cantidad de bestias pardas que andan por ahí votando (no hablamos del caso de España, porque acaba mal).

Pero claro, esto da alas. Las bestias pardas del mundo se ven legitimadas para aplicar en directo, en vivo, todo el torrente de aquella suerte de sentido común que acopian. Y suele ser mucho.

Es el caso del sheriff del condado de Butler (Ohio) que, lisa y llanamente, ha decidido cortar la asistencia a los drogadictos y dejarlos morir sin hacer más por ellos. Sentido común de este que se debe almacenar por toneladas en el Medio Oeste: ayúdate a ti mismo. Tú tienes la culpa: no haberte llevado la jeringuilla a la vena. A esta monstruosidad la han llamado la solución Middletown (toma el nombre de un pueblo del mismo condado del que nace la idea). Y es la solución tipo Trump a un problema que ha cobrado dimensiones extraordinarias.

En EEUU crece exponencialmente el consumo de opiáceos y los casos de sobredosis se multiplican hasta llegar a cifras más que alarmantes (1,3 millones de atenciones hospitalarias en 2016). Es el paro, la inseguridad, el miedo… A este fenómeno, irreversible a juicio de algunos expertos, lo llaman ya “la epidemia”.

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La cosa es que por 40 dólares se puede arreglar el problema puntual. Es el coste de administrar a una persona que presenta una sobredosis un medicamento llamado Narcan (naloxona, para los que entiendan). El efecto del Narcan como antagonista de la heroína es inmediato. Y la persona se cura. Bueno, no se cura, pero no se muere de esa.

Lo llevan todos los equipos de asistencia en EEUU, paramédicos, policías, bomberos, primeros auxilios. Pero el sheriff Richard K. Jones se ha puesto en modo oso y ha resuelto que se acabaron las tonterías. Que tampoco le pone la insulina a los diabéticos. Que él está ahí para otra cosa y que lo que hay en su condado es mucha escoria humana a la que no él no va a ayudar a sobrevivir.

Los datos que nos ofrece Jan Martínez Ahrens en su reportaje de El País de hace unos días dan escalofríos. 60.000 muertos por la “epidemia”, más que en la guerra de Vietnam, más que por accidentes de tráfico, mayor causa de mortandad en menores de 55 años, estado de emergencia en Maryland, 28 millones de estadounidenses sin acceso al sistema sanitario que buscan el Narcan para conservar la vida.

Pero el sheriff de Butler, Ohio, ha encontrado la solución: se les deja morir y ya está. Sentido común. Puro sentido común de aquel, al más puro estilo Trump. Un concejal de Middletown, el católico y republicano Daniel Picard, ha matizado la cuestión con una propuesta más sosegada: a la tercera. Si a la tercera no ha pagado sus 40 dólares, se le deja morir. No vamos a estar pagando siempre los mismos para ayudar al que no quiere ayudarse, ha pensado. Puro sentido común.  Ha nacido la solución Middletown.

Me aterroriza pensar cuántas de las personas que conozco, con las que tomo café, con las que intercambio mensajes de WhatsApp o coincido en el autobús piensan igual y se preguntan “cuando la epidemia llegue a España ¿quién hará de sheriff Jones?”
El dibujo es de mi hermana Maripepa.

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